Es una energía fuerte, penetrante, capaz, innovadora,
revolucionaria, iniciadora, que abre y quiebra, e inicia lo nuevo.
Se manifiesta muchas veces como rebeldía e insatisfacción ante lo preestablecido. Impulsa a cuestionar las normas que carecen de sentido, a romper viejas estructuras como las familiares, culturales, religiosas, educativas, etc.
Estos niños necesitan tiempo y espacio para procesar lo
aprendido y si esto no lo tienen, las consecuencias se harán ver. Ellos
aprenden por participación, desean ser autores o coautores de la vida que
viven.
Estos niños cuentan con un alto grado de energía, y si en
general llevan una vida sedentaria o de poco movimiento corporal, a menudo esta
energía supera sus cuerpos; los niños parecen desbordarse, se tornan
sobreactivos, ansiosos, impulsivos, con una inconformidad constante que
fácilmente se desvía hacia la rebeldía o agresividad.
Los niños con energía Índigo no aceptan órdenes impuestas, y
cuando se encuentran ante personas autoritarias se muestran desinteresados y
cuestionadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario